¡Dios es generoso y nos da abundantemente! Él nos creó a Su imagen, y eso significa que fuimos diseñados para ser dadores. Las Escrituras nos dicen que Dios ama al dador alegre, es decir, lleno de fe e incluso entusiasmado por dar. ¡Eso es fe! Esto demuestra que realmente confiamos en Él y esperamos que Él nos provea siempre lo mejor.
Lo que hacemos con lo que Dios nos ha dado muestra a Él y a los demás dónde está nuestro corazón, y ayuda a proclamar el evangelio. Honramos a Dios al dar cuando presentamos nuestros diezmos y le damos ofrendas desde la alegría de nuestros corazones. Queremos glorificar a Dios con cada área de nuestra vida, y eso ciertamente incluye lo que hacemos con nuestras finanzas.
Jesús enseñó MUCHO sacerca del dar, y se ha dicho que no hay mayor demostración de nuestra fe que nuestra generosidad. Pues ¡Elegimos ser personas de gran fe!